domingo, 3 de noviembre de 2013

¿Es perjudicial el sexo anal?

Aunque cada vez es más aceptado, el sexo anal sigue sin tener demasiadas adeptas, contrariamente a los hombres, que de tanto oírlo y verlo en películas porno, cada vez se sienten más atraídos  -ojito- hacerlo, no que se lo hagan.

El sexo anal no es perjudicial si se hace con “cariño” y de manera relajada, cosa bastante difícil en un principio porque anatómicamente el ano no está diseñado para permitir penetraciones. Teniendo además dos esfínteres necesarios de sortear, y éstos están habituados a dejar salir, contrayéndose involuntariamente cuando algo intenta entrar.

Antiguamente, para preservar la virginidad o evitar embarazos se acostumbraba a utilizar esta práctica, que no suele ser  muy placentera para la mujer ya que se encuentra lejos de la vagina y sobre todo del clítoris, siendo difícil poder  estimularlo y llegar o mantener la excitación durante la penetración.

Los hombres por el contrario disfrutan penetrando a la mujer analmente. Primero, porque emocionalmente sienten una  sensación de poder y dominio muy placentera; la segunda razón es totalmente física, porque al encontrar la resistencia de los  esfínteres, más estrechos que la vagina, la fricción sobre el pene es mucho mayor y el placer se incrementa.

Anatómicamente “los culitos” de hombres y mujeres son iguales, (aunque la mayoría de ellos se niegan a ser tocados “ahí” porque les duele o da vergüenza. Hago esta aclaración para poder argumentar que a las mujeres también nos puede doler o avergonzar, y si es algo que no nos gusta no debemos aceptar sólo para complacerlos, ya que sin una buena relajación y lubricación será imposible no sentir molestias, y si no nos gusta y además nos duele, difícilmente alcanzaremos el placer.

La única diferencia -y gran fortuna para ellos- es que a través del recto masculino se alcanza la próstata, una glándula especialmente sensible y comparable a  lo que sería el “punto G femenino”. Su estimulación,  además de un inmenso placer, asegura la eyaculación y el vaciado de líquido seminal y ello es bueno tanto para su salud prostática como para aliviar los problemas urinarios.

Si el hombre “da por ahí” disfruta, si el hombre “recibe por ahí” también disfruta. El sexo anal por lo tanto es placentero para todos los hombres, pero casi nunca para las mujeres, si no son estimuladas paralelamente en otras zonas más sensibles (clítoris) y puede resultar muy doloroso si no se relaja y lubrica con un buen lubricante anal (usar también para ellos)


Nunca hagas algo que no te plazca sólo para complacer al otro, espero haber dado suficientes argumentos para negarte o aceptarlo si es eso lo que deseas. También puedes convencerlo de que es algo bueno y placentero leyendo el relato siguiente. Después de compartirlo con él y tal vez prefiera “recibir” en vez de “dar”

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